Prokofiev: Concierto para violín nº 1

James Ehnes. OSCyL, Jaime Martín
3, 4, 5, y 6 de Febrero de 2021
Cancelado por la COVID. Streaming el 5 de Febrero a las 19.30

Los primeros años de Prokofiev como compositor y pianista estuvieron marcados por el desafío a las convenciones de críticos y académicos con partituras tan abrasivas como sus dos primeros Conciertos para piano y la cantata Siete, ellos son siete, en la que intentó superar el ruido primitivista, como se consideraba entonces a La consagración de la Primavera de Stravinsky. Pero el yo con el que se sentía más cómodo se reveló ya en el primer movimiento del Concierto para Violín, música de un lirismo fluido y travieso.

1917, el año en que se escribió el Concierto en Re mayor, fue el más turbulento de la historia rusa: el año de la Revolución de Febrero, cuando los liberales y los socialistas moderados derrocaron a los zaristas, y el de la nominalmente «incruenta» Revolución de Octubre, cuando Lenin, Trotsky y sus cohortes bolcheviques desalojaron el gobierno de Alexander Kerensky y sus ineficaces moderados para declarar Rusia como el primer estado socialista del mundo.

El lugar de Prokofiev en todo esto es difícil de determinar. Puede situarse en la vanguardia artística, pero políticamente estaba más cerca de los zaristas expulsados. Prokofiev nunca fue un hombre del pueblo, y permaneció lejos de Petrogrado (más tarde Leningrado, ahora San Petersburgo), su hogar, durante los disturbios de 1917, prefiriendo un retiro en el Cáucaso, donde compuso a un ritmo febril. Su lista de obras en ese año incluye la Sinfonía Clásica, la Tercera y Cuarta Sonatas para Piano, las epigramáticas Visiones fugitivas para piano solo, la mencionada cantata y este Concierto para Violín.

La primera interpretación del Concierto estaba prevista para noviembre de 1917, con el violinista polaco Paul Kochanski como solista. Pero la caótica situación de Petrogrado causó un largo retraso, hasta 1923, cuando fue interpretado en París por Marcel Darrieux, con Serge Koussevitzky dirigiendo. Prokofiev vivía por entonces en la capital francesa, habiendo dejado Rusia poco después de completar el Concierto para lo que él llamó «una breve gira de conciertos» en Occidente. El público incluía miembros de la élite artística del París de principios de los años 20, entre ellos Pablo Picasso, Alexander Benois, Anna Pavlova, Karol Szymanowski, Arthur Rubinstein, Joseph Szigeti, y Nadia Boulanger.

El Concierto causó una impresión equívoca, los progresistas lo encontraron demasiado conservador, los conservadores demasiado progresista (de hecho, cabalga en ambos mundos). Sin embargo, en cuestión de meses se convirtió en un éxito, tras el estreno de su versión sin orquesta, interpretado por el violinista Nathan Milstein y el pianista Vladimir Horowitz, y la posterior interpretación de la completa por Szigeti y una orquesta dirigida por Fritz Reiner en el Festival de Música Contemporánea de Praga de 1924.

Los dos mundos mencionados son los del Romanticismo del siglo XIX, ampliamente desplegados en el exquisito primer movimiento

y en el tercero,

y en el mundo de los ritmos motores del siglo XX del segundo movimiento,

del cual Prokofiev y Stravinsky fueron co-inventores.

Herbert Glass, LAPhil

 

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