Wagner: Wesendonck Lieder (arr. Henze*)

Katarina Karneus. OSCyL, Andrew Gourlay
13 y 14 de Enero de 2022

Mathilde Wesendonck

Las circunstancias bajo las que Richard Wagner compuso sus «Wesendonck Lieder» son casi legendarias. En mayo de 1849 la caída del gobierno provisional surgido del alzamiento de Dresde puso fin a las actividades revolucionarias de Wagner, que se vio obligado a huir, primero a Weimar y luego, con la ayuda de Liszt, a Zurich, Suiza, donde buscó el apoyo de sus amigos.

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Bolcom: Canciones de cabaret

Measha Brueggergosman. Allison Cook (*). OSCyL, Wayne Marshall
10, 11 y 12 de Junio de 2021

Wiliam Bolcom

William Bolcom es un compositor nacido en Seattle en 1938, muy reconocido y premiado en su país. Su obra más importante es Songs of Innocence and Experience, un ambicioso trabajo para solistas, coro y orquesta de tres horas de duración sobre el poema de igual título de William Blake, pero ha escrito música de cámara, piezas para piano, conciertos, sinfonías, musicales y óperas, y es además un reputado pianista. Considerando él mismo a Ives como su principal influencia, no se trata desde luego de un vanguardista, sino de alguien particularmente interesado en aproximar la música clásica y la popular, con lo que no es raro escuchar jazz y ragtime en sus obras, ni descubrir entre ellas unas Canciones de Lorca que Plácido Domingo le estrenó en 2006. Continuar leyendo

Measha Brueggergosman acompaña a la OSCyL

8 de Noviembre de 2014
Measha

Canta descalza porque la moda zapatera no presta mucha atención a la talla 44, y porque no quiere volver a sufrir en un escenario pensando en que ya no se siente los pies de lo que le duelen, y porque ella es una gran reina y nadie va a estar mirando sus pies y porque así se siente más cerca de la tierra. Nació Gosman, en 1977, pero cambió su apellido por Brueggergosman cuando se casó a los 21 años con un estudiante suizo llamado Markus Bruegger (que pasaba por su universidad y que luego hizo honor a su país de origen convirtiéndose en su manager), porque Gosmanbruegger sonaba muy basto. Ha vuelto con fuerza a la ópera, pero canta mucho en conciertos y recitales porque piensa que la ópera es el mayor arte del mundo pero también una ruleta rusa en la que pierde el control de lo que pasa. La escogieron para interpretar el himno olímpico en los Juegos de invierno de Vancouver en 2010 porque es actualmente la mejor soprano de Canadá y una diva mundialmente reconocida. Canta jazz, y pop y lo canta todo, porque la gente, los sitios, un personaje o un lenguaje poético, o el nacimiento de un hijo le hacen sentir que debe hacerlo. Dicen que es la heredera de Jessye Norman y que su forma de cantar atrae nuevo público a la ópera, y dicen que «posee la majestuosidad de una gran diva, pero con un trasfondo terrenal y erótico que las estrellas de la vieja escuela no proyectan», y que «cuando abre la boca, esa impresión se confirma». Su simpatía es arrolladora.

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