Hoffmeister: Concierto para viola y orquesta en Re mayor

Joaquín Riquelme. OSCyL, Juanjo Mena
11, 12, 14 y 15 de Diciembre de 2020

Franz Anton Hoffmeister nació en Rothenburg am Neckar en Mayo de 1754. Con tan solo catorce años llegó a Viena para estudiar derecho, pero quedó tan fascinado por la rica y variada vida musical de la ciudad que al graduarse decidió dedicar su vida a la música. En la década de 1780 se había convertido en uno de los compositores más populares de la ciudad con un extenso y variado catálogo de obras en su haber.

La reputación de Hoffmeister hoy, sin embargo, se basa casi exclusivamente en sus actividades como editor de música. En 1785 fundó una de las primeras editoriales de Viena, solo superada por Artaria & Co, que había comenzado a publicar música tan sólo cinco años antes. Durante los siguientes quince años, Hoffmeister publicó obras de muchos compositores vieneses destacados, entre ellos Albrechtsberger, Clementi, Forster, Pleyel y Paul Wranitzky. Haydn, Mozart y Beethoven están representados en su vasto catálogo, Mozart en varias primeras ediciones importantes, incluido el Cuarteto para piano en sol menor K. 478 y el Cuarteto de cuerda en Re K. 499, el Cuarteto ‘Hoffmeister’. Una segunda compañía que fundó en Leipzig en 1800, el Bureau de Musique, luego se convirtió en la firma C.F. Peters, que sigue activa hoy día.

Como compositor, Hoffmeister fue muy respetado por sus contemporáneos. Esto resulta evidente leyendo su entrada en el Neues Lexikon der Tonkünstler de Gerber publicado alrededor de la época de la muerte de Hoffmeister en 1812:

“Si echaras un vistazo a sus muchas y variadas obras, tendrías que admirar la diligencia y la astucia de este compositor … Se ganó una reputación bien merecida y general gracias al original contenido de sus obras, que no solo son ricas en expresión emocional, sino que también se distinguen por el interesante y adecuado uso de los instrumentos y por su fácil ejecución. Por este último rasgo debemos agradecer su conocimiento de los instrumentos, tan evidente que se podría pensar que era un virtuoso en todos los instrumentos para los que escribió «.

Como compositor emprendedor y con un gran interés en la publicación, no es de extrañar que Hoffmeister escribiera prolíficamente en muchos géneros. Su producción de conciertos es tan interesante por su diversidad como por su indudable calidad. Como compositor profesional, a diferencia de un intérprete profesional, Hoffmeister compuso obras tanto por encargo como, en años posteriores, pensando en su publicación. Los conciertos de flauta encontraron un mercado receptivo entre los músicos aficionados, pero obras como sus dos conciertos para viola tuvieron una limitada circulación debido a la escasez de solistas de viola. Hay pocos conciertos para viola de finales del siglo XVIII y ninguno, con la excepción de las dos obras de Hoffmeister, de un destacado compositor vienés. Así, sus conciertos adquieren una importancia histórica aún mayor que la mayoría de sus otras obras del género.

Poco o nada se sabe de los orígenes del Concierto para viola en Re. Johann Traeg puso a la venta la obra en su catálogo de 1799, pero con toda probabilidad fue compuesta durante la década de 1780 o a principios de la de 1790. No habiéndose publicado, lo má probable es que se tratase de una obra de encargo. Como muchos conciertos inéditos de la época, el presente trabajo sobrevive a partir de una sola fuente, en este caso un conjunto de particellas conservadas en la Sächsiche Landesbibliothek, Dresde. Las particelle pertenecieron anteriormente a Joseph Schubert, compositor y violista de la Orquesta de la Corte de Dresde, cuya cadencia autógrafa del primer movimiento está escrita en la parte solista. La fuente de Dresde es inusualmente problemática no solo en cuanto a sus numerosas inexactitudes textuales, sino también en la preservación de un conjunto incompleto de particellas para un “Siciliano”, un segundo movimiento alternativo que sugiere que la obra pudo haber existido en algún momento en dos versiones.

El formato y el estilo es el propio de la época: Allegro, un elegante pero imponente movimiento de apertura,

Adagio, bello y nostálgico

y Rondó, alegre y bullicioso.

Hoffmeister explota la gama completa de la viola  deleitándose tanto en el plateado registro superior del instrumento como en su cálido y rico registro inferior.

Allan Badley. Notas de una grabación de Victoria Chiang para Naxos.

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