Schumann: Sinfonía nº 4

Franz Schubert Filharmonia, Tomás Grau
25 de Febrero de 2023

Robert y Clara Schumann (1847)

«Ahora es totalmente un músico» (Clara Wieck-Schumann, 1841)

Tras dedicar 1839 casi totalmente a la composición de piezas para piano, y 1840 —el año de su boda con Clara Wieck el 12 de septiembre— a los lieder, en 1841 Robert Schumann se centró en la música sinfónica. Entre el 23 y el 26 de enero de 1841 bosquejó su Sinfonía nº 1 en si bemol menor op. 38 que orquestó en menos de un mes, y estrenó el 31 de marzo en Leipzig, donde se había instalado el matrimonio Schumann tras su boda. Dado el gran éxito de esta Sinfonía nº 1, Schumann inició inmediatamente la composición de su segunda sinfonía, en la que trabajó intensamente entre el 31 de mayo y el 4 de octubre, principalmente en Dresde.

El estreno tuvo lugar en Leipzig el 6 de diciembre de 1841 bajo la dirección de Ferdinand David (1810-1873), en un concierto —organizado por Clara en honor a Liszt— donde también se estrenó la Obertura, Scherzo y Finale para orquesta que Schumann había escrito entre abril y mayo de ese mismo año. Tras el claro éxito de la Primera, esta Sinfonía nº 2 fue recibida fríamente por el público mientras la crítica alababa su creatividad pero consideraba que era formalmente inmadura puesto que se basaba en el intercambio de material temático en los cuatro movimientos de la obra (en los movimientos segundo, tercero y cuarto aparece material del primero y en el tercero aparece, además, material del segundo), los temas son casi idénticos o bien derivados unos de otros, y en general la sinfonía se alejaba de los esquemas de la forma sonata mendelssohniana aproximándose a la libertad del poema sinfónico. Sólo el propio Robert y Clara creyeron en la Sinfonía en re menor: «Mi marido ha estado muy trabajador últimamente […], ahora es totalmente un músico, así que no puedo contar con él para nada, ¡pero me gusta mucho más de esta forma!». Robert intentó publicar esta segunda sinfonía en Breitkopf & Härtel ya en 1841 y posteriormente en la editorial Peters, pero no lo consiguió.

Nueve años después, en mayo de 1850, los Schumann se instalaron en Düsseldorf, una próspera ciudad que había contratado a Robert como director de la orquesta municipal. La situación profesional de Robert era bastante distinta en ese momento: aunque su prestigio había crecido mucho, sus problemas personales habían impedido los triunfos a los que parecía destinado tras los prodigiosos años de 1839 a 1841, claramente era incapaz de mantener su estabilidad laboral y comenzó a cargar en los hombros de su esposa no sólo el peso de la familia, sino también el de principal sostén económico.

En un primer momento, sin embargo, Düsseldorf le sentó bien: el 10 de octubre comienza a componer su Concierto para violonchelo op. 129, que termina en sólo dos semanas, e inmediatamente inicia su última sinfonía (que publicará como Sinfonía nº 3 «Renana» op. 97, aunque sea posterior). En diciembre de 1851, en tan sólo una semana de intenso trabajo, realizará una radical revisión de la Sinfonía en re menor de 1841, mejorando la orquestación, cambiando algunos ritmos y tempi, añadiendo nuevas indicaciones expresivas y fusionando los cuatro movimientos de modo que suene como una unidad. Esta será la versión que se estrenará el 30 de diciembre de 1852 o —según otras fuentes— el 3 de marzo de 1853 en la Geislerscher Saal de Düsseldorf, dirigida por el propio Schumann, y que se publicará como Sinfonía nº 4 op. 120 en noviembre de 1853 en Breitkopf & Härtel, editorial que sacará casi simultáneamente una versión para piano a cuatro manos que hizo la obra aún más popular al permitir su difusión en el ámbito doméstico.

En esta ocasión el éxito es claro, tanto por parte de la crítica como del público, y la repetición de la obra en mayo, en el marco del popular Festival de Música del Bajo Rin, sólo servirá para darla a conocer a un público internacional que se entusiasma igualmente con ella. En los años siguientes la Sinfonía nº 4 se estrenará en buena parte de Europa y en EEUU, y se convertirá en una obra de repertorio.

El 23 de mayo de 1853 —poco después de su nuevo estreno— Schumann le regaló el manuscrito de la versión revisada a Joseph Joachim con esta dedicatoria: «Cuando surgieron los primeros sonidos de esta sinfonía, Joseph Joachim era un chiquillo; desde entonces la sinfonía y aún más el joven han crecido, y ahora se la dedico a él, aunque lo haga en silencio».

Maruxa Baliñas. Notas de un programa de la Sinfónica de Galicia

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